Desde su infancia en México hasta su consolidación como actriz, conductora y emprendedora, Mariazel ha forjado una carrera multifacética que combina arte, deporte y familia.
Fotografía: Juan Luis Lemus
Fotografía: Juan Luis Lemus
Asistente de foto: Juan López Azpiri
Estilismo: Santiago Araico
Muah: Geraldine Hercos
Entrevista: Aarón Zavaleta


De Barcelona a México: una historia de raíces y reinvención
Mariazel nació en Barcelona, España, pero su historia personal y profesional se entrelaza profundamente con México, país al que llegó cuando tenía apenas cinco años. Su vida y carrera son un testimonio de perseverancia, autenticidad y pasión por el arte y la comunicación. Con una trayectoria que abarca desde la actuación y la conducción, hasta el periodismo deportivo y los negocios, Mariazel ha sabido reinventarse sin perder de vista su esencia.
Desde pequeña, Mariazel mostró una fuerte inclinación por las artes escénicas. Su primer acercamiento al teatro ocurrió a los siete años, cuando participó en una versión de Caperucita Roja junto a Manuel “El Loco” Valdés. Ese momento no solo marcaría el inicio de su camino en el espectáculo, sino también un vínculo emocional con su madre, con quien compartía el gusto por el teatro.
“Empecé a hacer teatro muy chiquita, y hasta el día de hoy no he dejado de hacerlo. Me parece el formato más puro y real del arte escénico”, comparte. A lo largo de su carrera, ha participado en más de 50 obras teatrales, como Los monólogos de la vagina, 222 y La obra que sale mal, entre muchas otras.
Su formación profesional fue sólida y enfocada en la actuación. Estudió en el Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, luego en el Centro de Formación Actoral (CEFAT) de TV Azteca, y más tarde se especializó en interpretación cinematográfica en Barcelona. Sin embargo, la vida la llevó por caminos inesperados: “Aunque mi base es la actuación, la vida me fue llevando hacia la conducción, y le debo muchísimo a esa parte de mi carrera. Me permitió estar en muchos lugares, conocer a personas maravillosas y desarrollar otro lado de mí”.


El antes y después de Me Caigo de Risa
La conducción le abrió paso a proyectos como Más Deporte, Estadio Total, Cuéntamelo Ya, Hoy, Faisy Nights y por supuesto, Me Caigo de Risa, programa que considera un parteaguas en su carrera. “Me Caigo de Risa fue un antes y un después. Es un programa que no solo conectó con el público, sino que también me regaló amistades entrañables, como la que tengo con Faisy”, confiesa.
Al respecto de Faisy, con quien comparte portada esta edición, ella confiesa que es alguien a quien considera parte de su familia. “Todos lo queremos mucho, no solo a él, a su hija y a su mujer también. Es un ser humano muy sensible, muy generoso. Me gusta mucho compartir con él, porque es alguien que suma muchísimo a mi vida y que me hace ser mejor en muchos sentidos, que me reta todo el tiempo, entonces soy muy afortunada de poder hacer tantos proyectos con mi querido Faisy”.


Una voz femenina en el periodismo deportivo
Por otra parte, la pasión del futbol también ha sido una constante en la vida de Mariazel. En su hogar, el deporte era parte de la cotidianidad, y eso la llevó a encontrar una oportunidad única: formar parte de la cobertura deportiva de grandes eventos internacionales como Juegos Olímpicos y Copas del Mundo. Con más de una década colaborando en TUDN, Mariazel se ha posicionado como una de las voces femeninas más queridas en el mundo del periodismo deportivo. “Me encanta el deporte, crecí viéndolo en casa. Siempre tuvimos ese vínculo como familia. Para mí, poder trabajar en algo que amo es un privilegio”, expresa con orgullo.
Más allá del entretenimiento, Mariazel ha cultivado una faceta poco conocida por el público: la del emprendimiento. Junto a su esposo, el actor Adrián Rubio, ha incursionado en diversos negocios que van desde una marca de ropa con licencias deportivas, hasta una concesionaria de motos y una casa productora. “Siempre tratamos de aprovechar los buenos momentos laborales para invertir y emprender. Nos gusta crear, construir algo juntos”, dice.
Actualmente, también están desarrollando un podcast en pareja que se lanzará en redes sociales, donde compartirán reflexiones y anécdotas sobre la familia, la vida en pareja y sus experiencias profesionales. “Nos encanta trabajar juntos, aunque no siempre ha sido así. Hoy lo disfrutamos mucho”, cuenta entre risas.
Si hay un aspecto de su vida que Mariazel cuida con celo, es su vida familiar. Con casi 20 años de relación con Adrián Rubio, y dos hijos —una adolescente y un bebé de un año—, la actriz y conductora encuentra su mayor realización en el hogar.
“Lo que me hace más feliz es mi familia. Estoy viviendo una etapa muy linda, muy intensa y muy retadora. Ser mamá de dos en etapas tan distintas me tiene con el corazón lleno y también con mucho aprendizaje”, comparte con honestidad. Para ella, su papel como madre es el más desafiante, pero también el más enriquecedor: “Siento que aprendo algo nuevo todos los días con mis hijos. Me hacen mejor persona”.
Mariazel no se detiene. Está en plena grabación de la serie Chócalas Compayito junto a Omar Fierro y el famoso personaje de TUDN, y ya se contempla la onceava temporada de Me Caigo de Risa. Además, está involucrada en nuevos proyectos digitales que le permiten conectar con nuevas audiencias.
“Me emociona mucho lo que viene. Tengo la fortuna de poder elegir los proyectos en los que estoy y de rodearme de gente con la que conecto. No me interesa hacer cosas solo por hacerlas, me gusta estar donde realmente sumo y aprendo”, afirma con convicción. A sus más de 20 años de carrera, Mariazel se define por su autenticidad y por una constante búsqueda de equilibrio entre lo profesional y lo personal. Ha sabido adaptarse a los cambios de la industria, reinventarse y mantenerse vigente sin perder su esencia.
En un medio donde la imagen puede pesar más que el talento, ella ha logrado construir una carrera sólida, basada en el trabajo constante, la versatilidad y el corazón que le pone a cada paso. “Creo que la clave es estar en paz contigo misma, saber quién eres y qué te mueve. El resto se acomoda solo”, concluye.


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