Del cuarto de su infancia a conquistar las pantallas digitales, Melissa Navarro construyó una carrera digital, una comunidad y una voz propia. Y lo hizo sin dejar de ser la chica que, desde niña, jugaba a grabar el mundo.


Nacida para Crear
Desde niña, Melissa Navarro parecía tener una cámara en las manos. “Mi mamá tenía como las grabadoras antiguas y yo siempre la tomaba para grabar a los perritos”, recuerda con ternura. Lo que en un principio era un juego casero se transformó, con el tiempo, en una vocación: contar historias, conectar con audiencias y construir una comunidad sólida desde la autenticidad.
Su primera incursión en redes fue a través de YouTube, con bromas familiares y vlogs, aunque reconoce que al inicio fue difícil. “No sabía a quién le hablaba, me daba mucha vergüenza tomar la cámara… mi público eran mis tías”, cuenta entre risas. Pero poco a poco, la constancia le dio seguridad: “La confianza en mí me dio muchísimo”.
Eventualmente, dio el salto a TikTok, entendiendo que las plataformas evolucionan y con ellas, los creadores deben hacerlo también. “Vi que TikTok era una plataforma que estaban impulsando mucho porque te daba mucha exposición. Al principio fue difícil, pero creo que supe hacerla”, dice con seguridad. Hoy, su presencia en esa red es sólida y cercana.
Tijuana, su ciudad natal, es el origen de todo. “Tijuana es mi centro, ahí nací, crecí, estudié. De ahí soy yo”, afirma. Sin embargo, la distancia con los grandes centros de producción comenzó a ser una barrera, especialmente para acceder a oportunidades laborales. “Me desmotivaba mucho estar lejos. A veces me invitaban a eventos y luego se arrepentían porque sabían que estaba en Tijuana”, comparte. Con decisión, empacó sus sueños y se mudó sola a la Ciudad de México, enfrentando uno de los retos más grandes de su vida.
“Me daba miedo decirle a mi papá que quería irme. En CDMX no tenía familia, no tenía amigos, no tenía a nadie. Fue un cambio del 100%”, confiesa. Aprender a vivir sola, hacerse cargo del hogar, cocinar, lavar… cada tarea se convirtió en un paso de crecimiento personal. “No me arrepiento. Fue difícil, pero clave”


Más que Fans, Familia
Aunque planeaba quedarse solo seis meses, la ciudad la conquistó. “Empecé a hacer amigos, a avanzar. Me gustó. Rentamos por un año y aquí sigo”. Ese “nosotros” incluye a su mejor amigo, quien se convirtió en su red de apoyo emocional y compañía.
En 2024, su esfuerzo fue reconocido con los SocialTeen Awards, donde fue la más votada en su categoría. “A veces no me la creo. Siempre digo que tengo el mejor fandom del mundo. Son leales, me siguen desde hace años, conocen todo de mí, hasta lo que tengo en el refri”, dice riendo. Su relación con ellos es excepcionalmente cercana. “Ellos saben dónde está cada vaso de mi casa, cada documento importante. Es una conexión muy bonita”.
Esa cercanía ha sido uno de los pilares de su éxito. “Cuando empecé en TikTok, hacía transmisiones de hasta ocho horas diarias. Hoy ya no puedo tanto, pero sigo ahí. La constancia y la transparencia son clave”, afirma. Para su audiencia, no es solo una influencer: es una amiga, una hermana, una presencia constante.


La Siguiente Escena
Estudió Ciencias de la Comunicación con la idea de ser conductora, pero descubrió otras pasiones. “La edición no me gustaba, pero terminé amándola. También aprendí fotografía, expresión oral, producción… todo lo que estudié me sirve hoy”. Su formación le ha permitido destacarse como host en eventos como el de Revlon, y asegura que sin esa base no habría sabido “plantarse” frente a una audiencia.
Aunque disfruta estar frente a la cámara, confiesa que la actuación la llama profundamente. “Nunca estudié actuación, pero mando castings. Me gusta mucho. Me veo como actriz en el futuro, es una de mis metas”, revela. En 10 años, se imagina con una familia grande —“quiero tener cuatro hijos”—, viviendo en otras ciudades, actuando, creando contenido y siendo feliz. “No me gusta planear todo, pero sí visualizar lo que quiero. La vida siempre sorprende”.
Uno de sus sueños actuales es la música. “Quiero lanzar mi primera canción y ver qué tal. No digo que voy a ser cantante, pero tengo esa espinita. Tal vez es algo que necesito sacar para saber si es lo mío o no”.
Cuando se siente desmotivada, echa un vistazo al pasado para recordarse lo lejos que ha llegado. “A veces volteo para atrás y me doy cuenta de todo lo que he crecido. Mudarte sola, empezar de cero… ha sido un sacrificio, pero valió la pena”.


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