El jardín de Monet

Vivimos de cerca la obra y dinámica de vida de uno de los artistas franceses más valorados y referenciados del impresionismo, Claude Monet. Visitamos su casa y entendimos la fuente de su inspiración.

Texto: Paola Guzmán

En el pequeño pueblo de Giverny, al norte de París, se encuentra la casa y jardín del famoso pintor impresionista Claude Monet. Durante más de 40 años, hasta su muerte en 1926, Giverny fue su hogar, su lugar de creación y su obra maestra. 

¿Cómo llegar?

Para llegar a Giverny desde París, tomamos el tren que nos llevó a la pequeña ciudad de Vernon, de ahí las opciones para llegar a la casa y jardín de Monet son diversas, puede ser en camión, en moto, rentar una bici o simplemente caminando.

La opción de rentar una bici y dejarnos sumergir en el ambiente campirano de esa particular zona de Francia fue la elección. Para llegar a Giverny hay que atravesar el Río Sena que en esta zona pareciera más limpio y más azul que en París, bordeando el río hay una desviación hacia Giverny. Conforme nos fuimos internando en este pequeñísimo pueblo, todo comenzó a transformarse, ahora se podía ver con claridad por qué Monet lo eligió como su hogar por más de 40 años. Las casas en los alrededores son de piedra blanca, con grandes jardines llenos de flores y plantas de todo tipo, las calles son angostas y la gente se percibe más relajada y amable.

¿Qué visitar primero?

Al llegar a la casa de Monet, no sabíamos por dónde comenzar, por un lado está su casa-estudio y por otro su famoso jardín japonés. Decidimos empezar por el jardín, buena decisión pues uno se puede pasar horas recorriéndolo una y otra vez, tratando de sentir y observar con cautela qué fue lo que tanto cautivó a este famoso artista. Aquí hay todo un mundo de colores que nos inundaron al comenzar a disfrutar de la caminata junto al agua, con sus sauces llorones, con sus bambús, con sus flores, pero sobre todo, con los lirios acuáticos flotando en el pequeño estanque que ocupa gran parte de esta zona de su casa. 

¿Qué lo hace especial?

Estando parados frente al estanque de agua con todas esas hermosas plantas, flores y árboles es que nos dimos cuenta por qué Monet estaba tan fascinado con ellas, además del bello reflejo de la luz y las nubes en el agua; todas esas escenas de sus pinturas vienen de pronto a la mente y es como un momento de iluminación en el que todo hace sentido. 

Para llegar a la otra parte de la casa, hay que caminar por un paso a desnivel debajo de la calle que divide el jardín del resto de la casa. En el terreno en donde se encuentra la casa y lo que era el estudio también hay un gran jardín con muchas flores y árboles que en temporada están llenos de flores o fruta. Lo que era su estudio, ahora es la tienda de souvenirs de la fundación, ahí es donde pintó sus enormes cuadros de sus famosas “water lilies” o lirios acuáticos. Su casa también se puede visitar y todo se encuentra casi como lo tenía él y su familia cuando vivían en esa hermosa casa. 

Apasionado de la jardinería, el pintor aplicaba sus conocimientos pictóricos para crear perspectivas en su jardín, realzar la casa e intensificar las zonas de sombra. Su jardín que tanto amaba, tiene tantos colores como la paleta del artista.  

En conclusión…

Sin duda, una excelente opción de day trip desde París para salir del bullicio de la ciudad y conocer una pequeña parte de la zona de Normandía, la cual fue fuente de inspiración para uno de los artistas francés más importantes del impresionismo. 
Visita su sitio oficial para más información: https://giverny.org/gardens/fcm/visitgb.htm

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