Abasolo presenta su licor de elote Nixta, encontrando el equilibrio perfecto a través de una técnica milenaria.
La tradición del maíz
Tal vez no haya otro alimento más cercano a la cultura de los mexicanos que el maíz. El Popol Vuh dice que estamos hechos de él. Los tacos, el pozole, los chilaquiles, los esquites, los tamales y las quesadillas, con o sin queso, lo confirman.
Jilotepec, hogar de Nixta
Este punto de encuentro entre los mexicanos es de una nobleza sin igual, ya que se da prácticamente en cada rincón del país, por lo que cada quien puede utilizarlo como mejor le acomode. Sin embargo, solo en Jilotepec, Estado de México, adquiere la forma de licor.
Elaborado por la Destilería y Bodega Abasolo, con granos de maíz cacahuazintle, que en náhuatl significa “Maíz que parece cacao”, lo primero que se percibe de Nixta es su delicado aroma a esquites dorados.
Notas de cata
Las notas de entrada recuerdan al sabor del pan de elote y el atole. Después, vienen las formas de los frutos secos y la nuez garapiñada, lo que permite encontrar el equilibrio perfecto entre las notas dulces del maíz y aquellas que despiden su tostado, la vainilla y el caramelo.
Nixtamalización perfecta
Abasolo ha hecho del trabajo con la nixtamalización su sello indiscutible. Ya sea por su whisky o por este licor de elote, la destilería y bodega ha logrado sabores únicos que solo a través de esta técnica milenaria es posible obtener. La elaboración de Nixta involucra la maceración de elotes tiernos con destilado de maíz y su endulzamiento con mosto clarificado.
Licor de excelencia
Nixta cuenta con cuatro estrellas y media en la prestigiosa Difford’s Guide y viene acompañado de una botella de vidrio en forma de mazorca que lo hace un objeto de colección. Se puede disfrutar solo, en las rocas o mezclado con otras bebidas para obtener distintas combinaciones que solo la gastronomía mexicana puede ofrecer.