Gouda no es sólo un queso

En una de las zonas más famosas de Países Bajos es en donde comienza nuestra ruta en bicicleta para recorrer y degustar varios quesos y productos lácteos de la región de Gouda.

Más productos locales

Todos hemos escuchado del queso Gouda, el cual tiene su nombre por la ciudad del mismo nombre que lo vio nacer. Pero no sólo se come buen queso en Gouda, de hecho, también en los alrededores se pueden encontrar varias granjas y pequeñas tiendas pintorescas en donde venden queso, yoghurt, leche fresca y “vla” (un famoso postre típico neerlandés tipo natilla o pudding que por lo general tiene sabor a vainilla o chocolate).

¡A pedalear!

La aventura comienza en una ciudad llamada Alphen aanden Rijn, ahí rentamos las bicis y nos dispusimos a hacer un recorrido de casi 40 kilómetros, haciendo una especie de círculo hacia el sur en donde una de las paradas obligadas es Gouda. Aunque 40 kilómetros parezca ser a una gran distancia, el recorrido en bici es tan bonito y variado, con muchos lugares en los que se puede hacer una parada, que el tiempo pasa rápido.

Rin Viejo

Los primeros kilómetros son a lo largo del río Rin Viejo (Oude Rijn) en el que se encuentran varias casas, campos y mucha naturaleza. En el agua se pueden ver varias lanchas y veleros en donde gente entusiasta no desperdicia la oportunidad para salir a disfrutar del clima.

Bodegraven

La primera parada es en Bode-graven, una pequeña ciudad con varios cafés y restaurantes que dan al río. Aquí perfectamente se puede elegir un lugar en una terraza, tomar algo y descansar unos minutos mientras se ve pasar a las personas que van en sus lanchas.

Reeuwijk

De Bodegraven salimos con rumbo hacia Reeuwijk, en el camino hay varios letreros que indican que ahí se vende queso y productos lácteos. Si haces una breve parada puedes encontrar grandes sorpresas. Nosotros decidimos parar en un pequeño refrigerador que estaba al pie del camino en donde vimos que vendían “vla” de vainilla y yoghurt.

Continuamos por una zona donde hay mucha agua alrededor. Unos metros más adelante otro letrero con un anuncio de vegetales y quesos orgánicos te guía a una pequeña tienda que vende algunos productos orgánicos como vino, mermelada y unas cuantas verduras, sin embargo, la verdadera joya eran los quesos. Nos dejemos guiar por la amable chica que atendía la tienda y nos recomendó un queso con hierbas italianas y paprika y otro con hierbas y ajo, aunque de apariencia ambos quesos pa- recían iguales eran totalmente diferentes, cada uno especial y delicioso.

Gouda

La siguiente parada fue Gouda, no muy lejos de Reeuwijk. Aquí sí decidimos tomar un descanso por completo, dejando las bicis en un lugar seguro y fuera del centro para poder recorrer con calma la ciudad, que como era sábado, tenía un gran mercado en la plaza central. En Gouda todo se centra en queso y waffles, por todos lados se ven tiendas y cafés que venden ambos, incluso, hay un museo del queso para saber cómo se comerciaba en antiguos tiempos.

Optamos por probar y comprar unos waffles de una tienda local llamada Kamphuisen en donde dicen hacer los waffles de manera artesanal y con la receta original. La verdad estos waffles resultaron muy ricos y distintos a los que se pueden comprar comercialmente en otros lados.

Queso y más queso

En cuanto a quesos, decidimos probar un gouda original que venden en el mercado de los sábado en la plaza central, y el cual resultó totalmente diferente a lo que conocemos en México. Aquí te lo venden por trozo y es mucho más intenso en sabor y con una textura más completa y sedosa.

La verdad es que en toda la ciudad se pueden encontrar tiendas especializadas en queso, no solamente el gouda. Por lo general, estas tiendas tienen quesos muy buenos, de todo tipo y hasta quesos de otros países de Europa.

Ya con varios quesos en mano y otros souvenirs, el regreso a la ciudad en donde comenzamos se lleva a cabo con menos paradas pero no por eso es menos interesante o menos atractivo. La última parada antes del último tramo es un pequeño desvío en Boskoop para sentarse un rato y disfrutar de una fresca y rica copa de helado, lo suficientemente buena como para darnos fuerzas y pedalear a lo largo de un pequeño río.

Antes de llegar a la ciudad de inicio (Alphen aan den Rijn), unas mesas con ruibarbo a lado de una zona donde producen verduras en invernadero y al aire libre, atrapan nuestra atención. Con este último souvenir cerramos nuestra aventura en bicicleta por una de las zonas de queso de Países Bajos más famosas.

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