Antes de que sus videos circularan por todo TikTok y se ganara el cariño de miles de seguidores, Marco soñaba con completar un Ironman 140.6. Hoy se posiciona como uno de los generadores de contenido más reconocidos en redes y también de los más buscados para nuevas alianzas.


Ralf nos confiesa: “Antes de comenzar a hacer videos, todos mis días eran de entrenamiento, me gustaba mucho hacer triatlón y no sé si me habría dedicado a eso pero siempre soñé con hacer un Ironman 140.6. Logré dos de 70.3 entonces tal vez cuenta si los sumamos”, dice entre risas. Su vida estaba marcada por la disciplina, hasta que la creatividad digital apareció en su camino.
El Camino Inesperado
Comenzó a crear contenido en 2016, cuando TikTok aún se llamaba Musical.ly. “Yo ya hacía videos largos en YouTube y estaba aprendiendo a editar con efectos. Entonces utilizaba Musical.ly para hacer pruebas”, recuerda. Lo que empezó como un experimento se convirtió en una forma de vida cuando los videos cortos comenzaron a conectar con miles de personas.
El punto de inflexión fue cuando empezó a ponerle rostro a quienes lo seguían. “Me di cuenta cuando replicaban un video mío o alguna pintura de las que he hecho. Ahí entendí que estaba generando algo más profundo”.
El Arte de Ser Ralf
Originario de Saltillo, Coahuila, Ralf reconoce el papel que jugó su ciudad en su formación personal y profesional. “Crecer rodeado de gente con valores tan marcados me ha hecho enfocarme mucho en lo que quiero transmitir con mi contenido. Quiero hacer algo más que la tendencia del momento”.
Y aunque en redes se muestra extrovertido, detrás del personaje hay una personalidad mucho más introspectiva. “Siempre digo que Ralf y Marco son muy diferentes. Soy muy serio y tranquilo, pero lo creativo viene de Marco y lo extrovertido de Ralf”.
Su contenido, que define como “creativo, diferente, tal vez hasta sentimental”, se distingue por narrativas sin palabras, por transmitir emociones en imágenes. “Me gusta mucho proyectar mis emociones o mostrar mis pensamientos sin hablar. La fórmula es ser único, eso hace que nadie más te pueda imitar”.
Para Ralf, la autenticidad es su mayor valor, tanto en lo que crea como en lo que comparte de su vida. “Nunca me han visto mal, no es algo que me guste mostrar, pero justo eso es lo que me gustaría que todos supieran: en redes solo se muestra lo que queremos que los demás vean. Nadie tiene una vida perfecta”.
Esa sensibilidad se extendió a la pantalla grande con su protagónico en la película Anónima, de Netflix. El proceso, cuenta, comenzó como un casting más, sin grandes expectativas. “Esperaba tener castings, más no quedar en la película. Cuando me avisaron que tenía callback, yo no entendía qué estaba pasando”. Y al recibir la noticia de que sería el protagonista, la incredulidad fue total: “No me la creí. No entendía la magnitud que iba a ser hasta que comencé a ver publicidad por todos lados”.
Del rodaje, se lleva más que experiencia: “Aprendí a confiar mucho más en mí. Poco a poco me fui sintiendo más cómodo y más cerca de la producción y el cast. Y claro, también amistades increíbles. Todavía nos hablamos”.


Lo que Viene: El Mundo
Su crecimiento no ha pasado desapercibido para las marcas, que han encontrado en Ralf una forma distinta de conectar con las audiencias. “Yo creo que les gusta ver cosas diferentes. Intento mostrar los productos contando una historia o utilizando efectos, no solo hablando sobre ellos”.
Su comunidad es joven y leal, y él lo sabe. “Definitivamente siento una responsabilidad. Yo simplemente intento mantenerme lejos de polémicas y antes de hacer cada video me pregunto si es algo que a mi mamá no le molestaría ver”, confiesa y se ríe.
Aunque admite que no todos los días se siente con ganas de crear, hay algo que siempre lo impulsa: el resultado. “A veces siento que soy mi fan número uno. Cada que termino de editar, me quedo viendo el video como cinco minutos en loop”.
Hoy, su rutina transcurre entre ediciones, ideas y películas que lo inspiran. Pero algo nuevo se avecina. “Hay algo que muero por contar, pero no puedo todavía. Lo único que puedo decir es que van a ver a Ralf por todo el mundo. Creo que me está pasando lo mismo que con la película y no he dimensionado la locura que va a ser lo que está en camino”.
Ralf, entre transiciones, emociones y silencios, sigue editando su propio camino.


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