Con su elegancia innata y su belleza reconocible en todo el mundo, Salma Hayek ha asumido un nuevo papel: embajadora oficial de Copa Mundial de la FIFA 2026. Este nombramiento no solo subraya su estatura internacional, sino que también representa un puente simbólico entre el glamour del cine y la pasión mundial por el fútbol.
Una figura global como rostro del Mundial
El anuncio fue hecho durante la ceremonia del sorteo de grupos del torneo, celebrado en Washington D.C. Hayek apareció acompañada del actor Matthew McConaughey, en un formato que mezcló humor, emoción y un guiño cultural: en su intervención, invitó a “dejar de decir ‘soccer’ y llamar al deporte por su nombre: fútbol” —un llamado simbólico a la autenticidad y al orgullo latino.
La elección de Salma Hayek representa una apuesta de la organización por integrar rostros influyentes que trascienden el deporte, para conectar con audiencias diversas: cine, comunidad latina, mujeres, cultura y entretenimiento. Un reflejo de cómo la Copa del Mundo quiere hablar no solo al asiduo del balón, sino también a quienes valoran identidad, moda, cine y relevancia cultural.
¿Qué significa su nombramiento?
- Visibilidad global + orgullo mexicano. Que una actriz con raíces veracruzanas represente al Mundial refuerza la presencia latinoamericana en uno de los escenarios más vistos del planeta. Su trayectoria exitosa aporta legitimidad internacional.
- Fusión entre deporte y cultura. El Mundial 2026 no será solo una fiesta futbolística, sino una celebración global que buscará resonar también en ámbitos de entretenimiento, cine, moda y activismo cultural.
- Puente con públicos diversos. Salma tiene seguidores en el cine, la comunidad latina, mujeres, y público internacional —una vitrina ideal para acercar nuevos públicos al fútbol y al torneo.
- Un símbolo de orgullo e identidad. Su designación marca un gesto de reconocimiento cultural: el Mundial no es solo partido, es identidad, raíces, emoción compartida.






