A sus 29 años, la actriz asume el papel más oscuro y desafiante de su carrera en una trama cruda y provocadora que expone el poder de la élite social.
Por Gerardo Villarreal
Fuera de su zona de confort, Renata Manterola protagoniza Príncipes salvajes (2024), un filme donde se adentra en las oscuras ramificaciones del poder y el privilegio para interpretar a una joven millonaria que, junto a su grupo de amigos, utiliza su posición social para cometer delitos y salir impune.
“Fue un desafío desde el principio, en parte porque yo no soy mucho de redes sociales. Al inicio me imaginaba a una típica influencer, hasta que Beto (Humberto Hinojoza, director), me mostró el verdadero trasfondo de mi personaje: alguien adinerado, pero emocionalmente rota, que busca validación a través de likes y seguidores”, compartió en una entrevista exclusiva para WM Magazine.
La cinta, que llegó a Netflix el pasado 28 de agosto, y que se colocó en el TOP 2 de México y TOP 4 en el mundo, se une a la listas de películas mexicanas que rompen con la tendencia de comedias románticas que hemos visto en los últimos años en la pantalla grande.
“Contar este tipo de historia siempre es difícil, no son para todo el público. Hace mucho que en México no se hacen películas así, desde Amores perros (2000), Y tu mamá también (2001) o Amarte Duele (2002), que son cintas icónicas para el cine mexicano. Le pedí mucho a la vida por una oportunidad como ésta, es el tipo de proyecto en el cual quería participar”, mencionó.
De esta manera, Manterola logra un balance entre la extravagancia superficial y la desesperación oculta, pues pone en evidencia que los problemas emocionales y la falta de amor familiar pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su estatus económico.
“Me di cuenta de la importancia y de lo complejo que es el tema de la salud mental. Estamos en una época en la que cada vez más personas necesitan ir a terapia, independientemente de su estatus económico. Por ejemplo, mi personaje tiene todo el dinero que necesita, pero carece del amor de su mamá, vive con un padrastro que constantemente le falta al respeto y, además, está en una relación tóxica con su novio”, explicó.
Sobre el proceso de casting, Renta desveló que acudió a dos callbacks acompañada por catorce personas —aquellos que quedaron en el proceso de preselección—, y en parejas los pusieron a improvisar a lo largo de tres horas.
“En los callbacks me sentí como pez en el agua, sentí que el papel era mío. Me tocó hacer la escena del hotel con Juan Pablo (Fuentes) y nos salió muy natural, aunque estoy segura que lo pude haber hecho mejor, había actrices muy talentosas.
“Afortunadamente, a los dos días mi manager me habló para decirme que me había quedado con el papel. Beto me dijo que yo tenía eso que él estaba buscando, esa cosa rara de hacer las cosas de manera natural y fluida pero transmitiendo incomodidad”, agregó.
De hecho, sobre los momentos intensos cargados de adrenalina que demandó el largometraje, la actriz de 29 años confesó que desconectar del personaje no fue sencillo. Sin embargo, gracias a su formación académica, logró establecer una clara división entre la realidad y la ficción.
Asimismo, destacó el apoyo que recibe de sus amigos, pareja, familiares y de su psicólogo, a quien visita una vez por semana para trabajar en la confianza y aprender a no tomarse nada personal en un medio donde la crítica y la competencia son constantes.
“Es una lucha diaria, no tomarme nada personal es uno de los temas que más hablo en terapia. Me encanta ser actriz, me gusta mucho el arte, contar historias y conectar con el público. Me siento increíble estando en el set, nunca me quiero ir de ahí, quiero continuar en el cine. Sé que es una carrera difícil pero soy muy perseverante y quiero fluir con ella. Siento que he evolucionado para bien. Si me tuviera que definir en una palabra, sería antifragility (antifragilidad), que significa salir más fuerte de las adversidades”, aseguró.
Para quienes buscan abrirse camino en la actuación o cualquier otra disciplina artística, la también modelo mexicana y maestra certificada en barré alentó a seguir el corazón y a nunca dejar de aprender, ya que la resiliencia y la pasión, especialmente en este medio, son claves para el éxito.
“A las personas que quisieran entrar al mundo de la actuación les diría que sigan sus sueños, salgan y trabajen en aquello que los hace felices, aunque el llamado sea a las 5 de la mañana. Estudien acerca de lo que quieran hacer y renuévense constantemente. Aunque muchos les digan que no, siempre habrá una persona que te dará ese sí que tanto buscan”, concluyó.