Desde Chihuahua, platicamos con Ricardo Pico, quien nos habló de su pasión por la tierra y sus dos proyectos: Sotelo y Nocheluna.
Texto por: Alexis Mustri Guindi
En el corazón de Chihuahua, rodeado de vastos campos agrícolas y una arraigada tradición familiar en la producción de manzanas, Ricardo Pico encontró su pasión en el mundo del sotol. Crecer en este ambiente agrícola despertó en él una inquebrantable conexión con la tierra y el deseo de mejorar la vida de las comunidades locales a través del desarrollo económico.
Tras estudiar Economía en El Paso, Texas, y luego realizar una maestría en ciencias políticas, regresó a Chihuahua con la determinación de ayudar a su familia en sus negocios y emprender un proyecto propio. “Estudiar Economía marcó mi vida, ya que estudié desarrollo económico. Siempre me ha llamado la atención cómo podemos cambiar la vida de muchas personas detectando las necesidades y la manera de resolverlas”.
En busca de su primer proyecto, al terminar su maestría, hizo su primera incursión fue con una sidra añejada en barricas de sotol: “Llegué con una marca de productores en Chihuahua y empecé a conocer más de la bebida. El proyecto no prosperó, pero no me detuve. Con el auge de la cerveza artesanal hace unos años, junto con un grupo de amigos, me aventuré en el mundo cervecero, mientras mantenía una relación como consultor de una marca de sotol local”.
Esta combinación de experiencias lo llevó a sumergirse en el mercado de Estados Unidos y descubrir nuevas oportunidades para el sotol.
Su pasión por la tierra
Durante su camino en el extranjero por la industria de los destilados y la coctelería, se sumó a don Lalo Arreta, un maestro sotolero con más de 50 años de experiencia haciendo sotol en el desierto chihuahuense, y una cooperativa llamada Lazadores. “Comprendió las dificultades que enfrentaban los productores locales para comercializar sus productos y nació la idea de unir fuerzas en un proyecto conjunto”, explica Ricardo.
Así nació Sotoleros, un pequeño colectivo compuesto por 12 productores de todo el estado de Chihuahua. “Trabajamos con sotol silvestre y estamos cultivando algunas hectáreas para generar una industria sostenible”, detalla.
Con orgullo, Ricardo comparte cómo este proyecto honra la cultura y las tradiciones de su tierra y representa el fruto del esfuerzo de generaciones de productores locales. El colectivo Sotoleros no solo busca preservar y enaltecer el sotol silvestre, sino también apostar por el cultivo del sotol para fomentar una industria sostenible y responsable con el entorno. Con el deseo de mostrar al mundo la riqueza de Chihuahua y su cultura, busca posicionar al sotol como una bebida reconocida a nivel mundial.
Nace Nocheluna
Con un camino recorrido, trabajando de la mano con don Lalo y otros colaboradores, logró establecer una sociedad con Casa Lumbre, una marca de prestigio en el mundo de los destilados. Este hito les permitió dar vida a Nocheluna, una nueva creación que vio la luz en octubre de 2022. El nombre surgió de un corrido de Chihuahua que evocaba las noches iluminadas por la luna y enriquecidas con el encanto del sotol.
El camino no ha sido fácil, pero el apoyo de colaboradores como el talentoso músico Lenny Kravitz y la prestigiosa distribuidora Pernod Ricard ha impulsado el proyecto a niveles inimaginables.
“Cada paso dado es un tributo a los productores y a la identidad de Chihuahua. Lenny vino a Chihuahua a conocer y a involucrarse en el proceso creativo; convencido y encantado, hicimos realidad el proyecto. El primer lanzamiento fue en Brooklyn, lugar al que Lenny tiene un amor especial”.
Esto, explica Ricardo, ha sido un sueño para él, ya que por medio de estos proyectos ha enaltecido la labor de los productores que han trabajado por generaciones.
El sotol era algo que se elaboraba clandestinamente, ya que existía una corriente de pensamiento en 1933 que decía que el alcohol corrompía la sociedad, pero en realidad, “es un destilado que, en un futuro, puede traer mucho progreso”.
Y añade: “Como dice Lenny, es la oportunidad de presentar el sotol al mundo. Esto no se trata de mí, sino de los productores y el estado. Ha sido un proyecto muy bonito en el que está don Lalo, el mejor productor de sotol en el mundo, un músico, Casa Lumbre, que representan la cultura y los ingredientes mexicanos por el mundo, y por último, Pernod Ricard”.
De México para el mundo
Ricardo sueña con un Chihuahua próspero, cuya industria del sotol sea una fuente de empleo y desarrollo para las comunidades locales. Con pasión y dedicación, él y su equipo continúan compartiendo la magia del sotol con el mundo, así como poniendo en alto el nombre de Chihuahua y su rica tradición destiladora.
“Trabajamos con sotol silvestre, pero no podemos depender de la planta en ese estado. Es por eso que estamos buscando establecer los primeros cultivos, estamos germinando desde semilla, para que se genere una industria de todo esto y la gente le empiece a apostar al sotol”, comparte sobre los avances del proyecto.
Sotoleros y Nocheluna son un ejemplo de cómo el espíritu emprendedor, la pasión por la cultura y el amor por la tierra pueden fusionarse para crear proyectos que trascienden fronteras y generaciones. Con cada sorbo de sotol, se honra una historia centenaria y se celebra la magia de una bebida que une a personas de diferentes rincones del mundo.
“El futuro que me gustaría ver es uno en el que el sotol sea una de las bebidas más reconocidas a nivel mundial”, concluye Ricardo Pico “El Sotolero”.