La casa de moda homónima de Westwood anunció su muerte en las plataformas de redes sociales.
El icono de la moda de los años setenta
La carrera de Westwood comenzó en la década de 1970 cuando su radical enfoque hacia el estilo urbano tomó el mundo por asalto, pero continuó disfrutando de una larga trayectoria destacada por una serie de exitosos desfiles y exposiciones en museos.
El nombre Westwood se convirtió en sinónimo de estilo y actitud a pesar de que cambiaba de enfoque año tras año, con un trabajo para nada predecible.
A medida que su fama crecía, Westwood parecía trascender la moda. La joven que había despreciado al establishment británico finalmente se convirtió en una de sus estrellas principales, incluso mientras mantenía su cabello teñido de ese característico tono naranja.
La madre del punk
Andrew Bolton, curador de The Costume Institute en el Museo Metropolitano de Nueva York, dijo que Westwood y Malcolm McLaren, su pareja romantica de un tiempo, “le dieron al movimiento punk una look, un estilo, y fue tan radical que se rompió con cualquier cosa del pasado.”
“Las camisas rasgadas, los alfileres de seguridad, las consignas provocativas. Ella introdujo el posmodernismo. Fue tan influyente desde mediados de los 70”, apuntó Boltón.
En sus días punk, la ropa de Westwood era a menudo intencionalmente impactante: camisetas decoradas con dibujos de chicos desnudos y “pantalones bondage” con insinuaciones sadomasoquistas eran el común denominador en sus populares tiendas de Londres. Pero Westwood fue capaz de pasar del punk a la alta costura sin perder el ritmo.
Una carrera inigualable
La larga carrera de Westwood estuvo llena de contradicciones: fue una rebelde de toda la vida honrada varias veces por la reina Isabel II. Se vestía como una adolescente incluso en sus 60 años y se convirtió en una abierta defensora de la lucha contra el cambio climático, advirtiendo de la perdición planetaria y le daba voz a temas políticos.
Por su parte, sus desfiles eran siempre los eventos más elegantes, atrayendo estrellas del mundo del cine, la música y la televisión que querían disfrutar de la gloria de Westwood. Aún así, habló en contra del consumismo, incluso instando a la gente a no comprarle ropa.
Autodidacta
Westwood era autodidacta, sin formación formal en moda. En entrevista le dijo a la revista Marie Claire que aprendió a hacer su propia ropa cuando era adolescente siguiendo patrones. Cuando quiso vender ropa de los años 50 en su primera tienda, lo hizo con ropa vieja que compraba en los mercados y que desarmaba para entender el corte y la construcción.
Anti establishment
Westwood fue nombrada diseñadora del año por el British Fashion Council en 1990 y 1991, pero su incómoda relación con el establishment británico nunca cesó, lo que pudo verse de manera clara en su visita en 1992 al Palacio de Buckingham para recibir la medalla de la Orden del Imperio Británico, y en la cual no llevaba ropa interior, y donde posó para fotógrafos de una manera que lo dejó muy claro.
Hoy el mundo de la moda pierde a una grande pero su legado jamás morirá.