En los últimos años ha crecido la conversación sobre si tener sexo con un amigo/a sin compromiso romántico —lo que muchas personas llaman “amigos con derechos” o friends with benefits (FWB)— es una opción válida o si, por el contrario, trae más complicaciones que beneficios. La respuesta no es un sí o un no definitivo, sino un terreno matizado donde entran en juego expectativas, límites, comunicación y bienestar emocional.
¿Qué significa el sexo entre amigos?
Este tipo de relación se caracteriza por mantener una amistad establecida y, además, una relación sexual sin compromiso romántico ni planes a futuro típicos de las parejas tradicionales. A diferencia de una aventura de una noche, las personas involucradas se conocen y comparten confianza, pero no buscan formalizar una relación amorosa.
¿Puede ser buena idea?
Menos presión que en una relación tradicional
Una de las razones por las que algunas personas optan por esta dinámica es la libertad emocional que ofrece: no hay expectativas de exclusividad ni de futuro, y no hay obligación de invertir tiempo y energía como en un noviazgo convencional. Para quienes no buscan compromiso, puede resultar una manera de explorar la intimidad sin presión.
Seguridad y comodidad
Al tratarse de alguien que ya es un amigo, existe confianza, conocimiento mutuo y cierto nivel de respeto, lo que puede hacer que la experiencia sea más segura y cómoda que con una persona totalmente desconocida.
Potencial para reforzar la amistad
Aunque no es universal, hay estudios y experiencias que sugieren que una relación sexual entre amigos puede fortalecer la amistad, siempre y cuando ambas partes manejen bien los límites, sean honestas con lo que quieren y respeten lo acordado.
¿Cuáles son los riesgos?
Expectativas emocionales desiguales
Una de las complicaciones más frecuentes es que uno de los dos pueda desarrollar sentimientos románticos mientras el otro no. Esto puede generar confusión, celos o dolor emocional si no se ha hablado claramente de lo que cada persona espera.
Puede afectar la amistad
Si la relación cambia o termina de forma abrupta, la amistad puede resentirse o incluso romperse. La investigación sugiere que relaciones de este tipo pueden acabar con sentimientos de decepción, soledad o pérdida si uno de los dos se siente mal con el resultado.
Rara vez se transforma en relación formal
Contrario a lo que a veces muestran las comedias románticas, solo una minoría de relaciones “amigos con beneficios” evoluciona hacia una relación amorosa tradicional. La evidencia sugiere que la mayoría de estas dinámicas se mantienen como están, terminan o regresan a una amistad sin sexo, sin pasar por una relación comprometida.
¿Qué hace que funcione (o no)?
Comunicación abierta y acuerdos
Si se elige este camino, hablar honestamente desde el principio sobre expectativas, límites y lo que cada uno quiere es clave para evitar malentendidos. No asumir lo que piensa la otra persona puede salvar tanto la amistad como la experiencia compartida.
Conocerse a sí mismo
Entender qué es lo que uno realmente busca —si solo sexo, si eventualmente quiere algo más o si prefiere no mezclar amistad con intimidad— ayuda a tomar decisiones más saludables emocionalmente.
Respeto mutuo
Un acuerdo claro y el respeto por los sentimientos del otro —especialmente si cambian con el tiempo— son condiciones para que una relación de este tipo no se convierta en un problema mayor.
Conclusión
¿Es buena opción tener sexo con un amigo/a? Puede serlo para algunas personas en determinadas circunstancias, pero no es una fórmula mágica libre de riesgos. Cuando hay comunicación clara, consentimiento mutuo y comprensión de expectativas, esta dinámica puede funcionar como una forma de intimidad sin compromiso. Sin embargo, las diferencias emocionales y la falta de acuerdos explícitos pueden convertirla en una experiencia complicada o dolorosa, especialmente si alguno de los dos desarrolla sentimientos más profundos.
