Desde el Hôtel de Crillon en París nos encontramos con el gurú de las flores, quien nos habló sobre su dirección artística en los hoteles y eventos y cómo se ha convertido en diseñador de los arreglos florales más bellos.
Texto: Alexis Mustri Guindi
Las creaciones florales de Djordje Varda no son solo composiciones, son obras de arte que transforman cada evento y cada lugar en una experiencia memorable y legendaria. Es el poeta botánico, el mago que convierte cada pétalo en recuerdo. Sus obras adornan los prestigiosos espacios de los hoteles más famosos, mientras que las bodas a su cargo dejan una huella duradera en los corazones y las mentes. Su historia es inspiradora y su trabajo fascinante, atestiguando el poder atemporal de las flores para crear atmósferas tan especiales.
Djordje es todo un personaje originario de Serbia. Su talento por la decoración floral nació gracias a los arreglos que le componía a su madre. El creativo vive en St. Barths, donde se encarga de la dirección artística del hotel Eden Rock y fundó su primera concept store, en donde vende su propia fragancia y más de 50 marcas de lujo.
“Me encargo de la dirección artística también del hotel de Crillon, tengo mi propio equipo y mi workshop, donde están trabajando de tiempo completo siete diseñadores. Tengo el mismo contrato con el Carlton en Cannes, incluyendo mi propio espacio en el hotel”, comparte Djordje.
Entre risas, explica que su trabajo es vivir callado y feliz en St. Baths, aunque se divide entre París y Cannes el resto del tiempo. “Vengo de seis a nueve veces al año a cada hotel, en esos momentos importantes que el hotel me necesita. Yo hago diferentes modelos de diseños y mi equipo me apoya durante el año. Mi trabajo es crear cada mes un concepto para cada hotel con diferentes colores y flores”.
A lo largo de los años se ha convertido en uno de los hombres más cotizados en cuanto a diseños florales, después de realizar bodas como la de Pippa Middleton. Confiesa que hoy en día ha rechazado proyectos, ya que “disfruto mucho pasar tiempo con la familia y crear placer al cliente, pero trato de tener un balance”.
Dentro de su trabajo en los hoteles, otra cosa importante para Djordje Varda es que el hotel consumidor no se aburra de los diseños. “Sí mantenemos la misma dirección, pero cambiamos mucho el diseño, ya que las flores no son las mismas cada temporada. Me gusta decir que no vendemos flores, sino que estamos usándolas para crear emociones y memorias y participar con la experiencia del cliente”, explica.
Y agrega que “cuando se trata de una boda o un evento, las flores son muy importantes, ya que aportan la emoción esencial al evento. Eso sí, confieso que no me gusta trabajar con las flores tropicales, siento que tienen carencia de poesía. Me gusta trabajar con muchas flores, pero yo hago lo que siento y me parece bello, no me guío por el significado de las flores”.
¿Cuál es la inspiración del artista?
Encuentra inspiración en varias fuentes, incluida la música, que le gusta escuchar mientras trabajo. Su proceso de trabajo implica hablar con la gente, explicar su visión y crear simulaciones visuales para diseños. Su objetivo es la primera impresión y el impacto emocional… y puede que vaya más allá del presupuesto acordado con tal de crear algo especial.
También confiesa que le gusta llevar a cabo la dirección de las bodas, ya que es un evento muy personal. “Al ser parte de una boda, eres parte de la felicidad de la gente, y esto da una gran energía. Estos son los momentos importantes cuando el hotel realmente me necesita y quiere verme”.
Su trabajo es crear mensualmente nuevos conceptos y elegir colores, flores y variedades, y luego ir a implementarlos en su próxima visita, mientras las personas lo están reproduciendo. “Es importante que mantengas la pauta artística mientras aceptas el cambio y utilizas la estacionalidad. Te centras en crear emociones y recuerdos para los clientes, y priorizas el gusto personal sobre la importancia cultural”, cuenta el diseñador.
Djordje afirma que “es importante tener una conexión con las personas para las que trabajas y amar lo que haces, independientemente de su presupuesto o estatus. Es fantástico que hayas mantenido tu posición y no hayas comprometido tus valores. Y, a veces, incluso los clientes difíciles pueden convertirse en buenos amigos”.